Hacia ya unos cuantos años de los enfrentamientos entre Blancanieves y su madrasta, la reina. Apenas recordaba su huida al bosque y como había acabado en la casa de los siete enanitos. El sabor de la manzana envenenada ya se habia disipado de su boca a igual que el beso del principe. Este resultó ser más bien un vulgar sapo que el sucesor de un rey y las perdices que ambos iban a compartir se le empezaron a atragantar al día siguiente de su fastuosa y real boda. Hacia ya un par de años que lo habia mandado a la mierda junto con sus amiguitos de cacerias de zorros y de zorras.

Blancanieves habia regresado junto a los enanitos con una par de crios malcriados, dos joyas principescas. Fue en esa misma casa donde ella y sus anfitriones decidieron apostar por la mina, la mina de diamantes, y por las posibilidades empresariales de esta. Con el tiempo y el trabajo de todos ellos la mina llegó a ser una referencia en el mercado de las extracciones de piedras preciosas. Prácticamente tenian el cien por cien de la cuota del mercado. Todos los reyes y reinas, todos los principes y princesas llevaban engarzadas diamantes, esmeraldas, rubies ... en sus coronas, en sus collares y pulseras, en sus cetros. Todos ellos formaban parte de una amplia y selecta cartera de clientes de "Blancanieves y los siete s.l.".

La empresa funciaba bien, lo suficientemente bien como para que Blancanieves fuera prestando más atención a otras historias y otros cuentos, a la vez que atendía a sus vastagos colmandolos de todo tipo de bienes. Los niños compartian sus juegos y sus estudios con los hijos de Cenicienta y del Principe Valiente, iban de vacaciones a complejos hoteleros de la Isla del Tesoro, estudiaban en el "Merlin School". Como iba diciendo, la mina generaba lo suficiente como para no tener que preocuparse de nada. Funcionaba sola y sus beneficios se aprovechaban para hacer inversiones en otro tipo de cuentos. Blancanieves decidió invertir su dinero en el País de Nunca Jamás, un país donde nunca jamás consiguió nada, también invirtió en cuentos de última tecnología sin preocuparse en enteder antes ese mundo. Mientras tanto la mina seguía dando sus frutos, seguía siendo un negocio verdaderamente rentable, primero por la cantidad de riqueza que esta almacenaba como por la dedicación, el tiempo y el trabajo de los 7 enanitos.
Asi fueron pasando los años, y con con el discurrir del tiempo fueron aparecieron otras minas y otros heroes. Blancanieves decidió que sus niños continuasen con la mina, que fuesen ellos los responsables de la dirección. Total para ser protagonista de un cuento como este tampoco hacia falta mucho. Ella estaba más interesada en dar conferencias sobre la monarquia y los cuentos o sobre la nuevas tendencias infantiles o sobre las competencia del los videojuegos, etc., etc. Los niños, los nuevos dueños de la empresa, también tenían sus intereses, sus prioridades y sus preferencias. Eso si, ninguna de ellas tenían nada que ver con la mina. De esta, sólo les interesaba que los "siete" trabajasen un poquito más para ganar más, nunca se preocuparon de mejorar las deficiencias de las galerias, ni se preocuparon en adquirir nuevos y mejores medios para la extraccion del mineral, decían que el pico y la pala siempre funcionaron y no tendrian porque dejar de hacerlo, prescindieron del enanito "gruñón" por su conocido mal carácter y del enanito "mudito" por su falta de comunicación. Ficharon a unos cuantos personajes, aunque estos salieran de cuentos de miedo y de serie negra. Ninguno de estos aportó nada a la empresa. Unos aprovechaban para llevarse a escondidas parte de mineral, otros daban miles de vueltas por la mina buscando la oscuridad de las galerias para dormir, otros no eran capaces de diferenciar un diamante de un trozo de cristal de una botella de gaseosa rota,...

Todo esto llevó a que de los siete enanitos que siempre hubo en esta mina, en este cuento, sólo quedasen tres. Tres que trabajan y muchos otros que no lo hacían y que todos los dias entraban y salian. Salian para rara vez volver a entrar. Mientras esto ocurria otras minas como las "Minas del Rey Salomón" habian cuidado de sus trabajadores y de sus clientes, habian mejorado sus medios y la propia mina. "Gruñon" era ahora el responsable de operaciones desde que habia dejado a Blancanieves y habia utilizado su experiencia y sabiduria para hacer más rentable la explotacion. El mineral que de alli salia no solo acababa en manos de grandes reyes, también adornaba los cuellos, manos y cabezas de otras gentes más humildes y con menos titulos, de alli salian la materia prima para los nuevos productos del nuevo mundo, un mundo más avanzado y que creia menos en cuentos.

Blancanieves cuando se dio cuenta de la situacion de su mina y de sus enanitos, tomó de nuevo las riendas del cuento, lo que pasó es que faltaban enanitos, faltaban reyes, faltaban príncipes, faltaba ilusión. Y ya se sabe que sin ilusión ningún cuento tiene gracia.



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