Me dijeron que tenía la mejores vistas de la zona. El día estaba frío y cuando las grises nubes, que cubrían hasta donde se podía ver, decidieron que habia llegado el momento de participar lo hicieron extendiendo un suave manto nevado por toda la ladera.

Ascendí por una estrecha y serpenteante carretera hasta  Bouzadrago, perteneciente al municipio de Entrimo, para poder disfrutar de sus vistas. No me esperaba para nada encontrarme con lo que me encontré poco después. 

Cruce un pueblo donde sólo de "oía" un silencio roto tan solo por el viento, la lluvia y mis pasos. Estuve caminando entre los recuerdos de gente que ya no está, junto a casas vacias, mojandome por una suave lluvia.. Al sur de este pequeño pueblo, en una pequeña zona a la que llegue cruzando un pequeño muro que había entre dos viviendas, me encontré con un grupo de pequeños horreos de piedra (creo que 12 elementos) que, lamentablemente presentaban un mal estado de conservación debido a la falta de uso, a la despoblación y a la falta de interés.

Fue un buen día para encontrarlos. Fue una bonita sorpresa 












      


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