Por razones profesionales me tuve que acercar hasta la localidad ourensana de Castro Caldelas. Las lluvias y un manto grisaceo cubria todo. Hacia frío y habia mucha humedad. Al caso es que llegue a Castro Caldelas sin ningún tipo de problema y despues de atender las razones que me llevaron allí me decidi a dar un paseo por sus viejas, empedradas y cohibidas calles. Cohibidas por la presencia de su castillo, un castillo muy bien conservado que fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1949.








Situado en la cumbre de Cima de Vila es el monumento más emblemático e importante de Castro Caldelas. Fue construido por el noble don Pedro Fernández de Castro entre los años 1336 y 1343. En sus inmediaciones tuvieron lugar numerosas batallas por el dominio de las tierras de la comarca. A partir del siglo XVI pierde parte de su carácter de fortaleza defensiva y pasa a ser residencia de la alta nobleza.









La planta de este castillo es un polígono irregular, perfectamente adaptado al terreno sobre el que se asienta. De la construcción original se conservan las murallas, tres torres, la casa del administrador y el patio de armas, pero no el foso que en tiempos debió rodear el recinto.

Sus muros presentan numerosos escudos que nos indican la propiedad del castillo en sus distintas épocas. En la puerta principal vemos las insignias de los Osorio (dos lobos), de los Castro (seis formas redondas o roeles), del Reino de León (un león rampante) y del Reino de Castilla (un castillo, que corresponde también al linaje de los Enríquez). Desde esta ubicación vemos a derecha la torre del reloj. En ella se aprecia una inscripción de la letra griega "tau", un símbolo asociado a la Orden de los Templarios, que pudo haber participado en algún episodio significativo de la historia de este castillo.




Son elementos de interés el pozo o aljibe, un corredor de madera en el patio y el Camino de Ronda, trazado por el interior de la muralla. En el interior, al que no pude acceder por falta de tiempo, se exponen una serie de objetos (monedas, fragmentos de cerámica, dardos, etc) encontrados durante las obras de restauración y reforma, un proceso que aún no ha sido finalizado. También podremos ver ruecas y telares de lino, ruedas de afilar, aperos de labranza y herramientas de carpintería.




En lo alto de Cima de Vila, muy cerca del castillo, y dominando un paisaje de increible belleza se encuentra la Iglesia de Santa Isabel. Esta vieja iglesia de la villa está rodeada por el cementerio. Su situación nos puede dar idea de cómo se fue modificando O Castro a lo largo de los siglos, ya que sin duda, fue esta zona la de mayor importancia.







El origen de esta edificación es del siglo  XVI,  aunque no se le noten mucho los aires renacentistas, salvo por el frontispicio. El retablo es posterior y  de estilo churrigueresco. Destacan ademas los escudos de armas de los Condes de Lemos situados en la puerta lateral, iguales que los que existen en el castillo

Bueno la verdad es que el dia, gris, triste y lluvioso, en vez de amargar la visita a Castro Caldela lo que hizo fue que resultase más mágica. Fue un placer oir los sonidos de la lluvia al cae sobre el suelo empedrado de las estrechas y viejas calles, el sonido del silencio, la quietud que existia, las vistas, las piedras,... Una autentica gozada





Fuentes: www.castrocaldelas.es y www.turismo.gal


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