En los momentos de dificultades uno encuentra ... dificultades, pero también encuentra las virtudes y las vilezas de la gente, para bien y para mal. Resulta, en este tiempo en que vivimos, evidente y palpable la tensión de la gente debido a los miedos y las incertidumbres que revolotean sobre sus cabezas, pero también, por lo menos yo así lo veo con cierta claridad, como han variado los comportamientos de las personas con respecto a los demás. Si me circunscribo al ámbito laboral esta serie de cambios aun están más presentes. Debido a un menor nivel de actividad, de ventas básicamente, se plantean diversas medidas de regulación, reducciones de jornada o despidos (como en el chiste una noticia buena y una noticia mala),etc, que hacen que la relacion empresa-trabajador no sea de lo más pacifica: la empresa exige más trabajo, más horas, menos sueldos (estoy esperando a la negociacion de los convenios), un menor coste de despido, más implicación del trabajador en la empresa aun a costa de que este pierda parte de su tiempo, de su vida,...el trabajador responde pidiendo más sueldo (muchos ya solo piden cobrarlo), una mejor gestión, más seguridad, más respeto, pide trabajo .... 

Es en este cuadrilatero donde sale a escena el estilo "pugilistico" de uno y otro: la falta de preparación por parte de los "boxeadores" deja bastante que desear. Se nota una evidente falta de forma, de entrenamiento, a ambos la fuerza se le fue por la boca el día de la presentacion, no existe nada de cintura para poder esquivar los golpes, golpes que en la mayoria de los casos son bajos. 

Desde luego, hecho a faltar una correcta convivencia profesional, una convivencia  donde los roles estén bien definidos, donde unos sepan "mandar" y otros obedecer, me encuentro con gente que no sabe hacer ninguna de las dos cosas, y esos precisamente son los que más alborotan el entorno escupiendo mentiras allí donde alguien se pare a escucharlos. La presencia de estos individuos destaca, aparte de por su evidente falta de  capacidad profesional, por una falta de educación y un menosprecio hacia las personas, hacia  las normas y hacia las leyes.

Me viene a la cabeza lo comentado en diversos foros estos últimos meses, en cuanto a la necesidad de afrontar un cambio del mercado laboral y de las estructuras empresarial en nuestro país. Existen distintas opiniones: unos abogan por despidos más baratos, otros por mas protección del trabajo, unos creen que la formación y la inversión en investigación y desarrollo es fundamental, otros creen que la solución pasa por primar aquellos sectores que fueron y, según ellos seguirán siendo fundamentales en el futuro, etc, etc.

Yo soy un simple trabajador, pero creo que hasta que no hagamos que nuestras empresas se sustenten sobre una mejor formación de todos los elementos que lo forman, si no buscamos la excelencia de nuestros productos y su mejora competitiva a través de un mejor desarrollo  tecnológico y de innovación, sin no dejamos trabajar a la gente y que esta misma cree empresas, si no nos libramos de viejos corsés que hacen que tanto la creación, como el posterior desarrollo de cualquier empresa se demore en tiempo y tenga un coste inicial excesivo, hasta que no se favorezca a los emprendedores,...y hasta que no seamos todos más productivos no lograremos llegar a niveles de desarrollo con cierta dosis de sustentabilidad.

Me gustaría remarcar este ultimo punto, el de la productividad. Aquí esta cuestión está olvidada cuando la queremos casar con el termino "trabajador". Los criterios por los que se valoran a estos últimos son , sobre todo, cuestiones como el indice de precios, los años de antigüedad en la empresa, etc, etc, Pero creo que hasta que no se cambie esto y hagamos que el criterio principal sea la productividad no lograremos que las cosas avanzen ni que sean justas. Pero en este cambio de guión también tiene que ver mucho las empresas y quien las dirigen

Desde mi punto de vista la productividad directamente relacionado  con las siguientes cuestiones:
  1. Con el establecimiento y la consecución de unos objetivos. Sobre esto tiene algo que ver los dirigentes, los gestores empresariales. ¿Todos nuestros empresarios saben a donde quieren llegar, que es lo que pretenden alcanzar? Seria aconsejable que así fuese para evitar males posteriores y imputar culpas a quien no las tienes y a sufrir dudas y situaciones no solo imputables a la crisis como muchos hacen
  2. La eficiencia a la hora de emplear las herramientas (elementos materiales y humanos) para la consecución de los objetivos marcados
  3. La eficacia o lo que es lo mismo, diferencia entre el objetivo marcado y el resultado obtenido
Todo esto, a muchos "empresarios" y a muchos "trabajadores" les suena a chino. Las cosas van mal porque el jefe o el empleado es un inútil, un vago, un sinvergüenza, un ladrón,.... que no tiene ni idea de llevar una empresa o no tiene ganas de trabajar,...y encima está la famosa crisis y los políticos que son unos sinvergüenzas que nos están llevando a la ruina (que también tienen parte de culpa aunque reconozco que no toda)

Me alegraría y desearía que se produjesen algunos cambios pues esto no tiene pinta de funcionar muy bien. Aunque  también creo, casi estoy seguro, que sólo habrá algún que otro recambio y que todo esto pasará y volveremos a lo mismo, pero de peor manera como es no aprender de lo que vivimos.



En mi oficina tenemos un bandejero, uno de esos que se forman poniendo una bandeja de plastico encima de otra hasta donde la gravedad lo permite. Este es quizás el elemento que resulta más curioso de toda la oficina por como atrae la atencion y el interes de más de uno de los que habitualmente deambula por sus cercanías. 

Es el sitio preferido de algunos para dejar sus papeles y anotaciones, algunas perfectamente válidas y otras cuyo mejor destino seria la papelera vecina. Existen otros personajes, cuyo sentido del orden merece una portada de cualquier revista científica y que cuando no encuentran algo que no han perdido pues allí van a ver si estuviese, como si fuese lo más normal. También asume este objeto el papel de depositario de ordenes, como su fuese una consigna o boletín oficial, desde el mismo momento que cualquier circular interna que pretende gestionar el buen funcionamiento del personal, de la empresa, esta allí como su fuese un tablón da anuncios: "Esto no se hace de esta forma, se hace de esta, o es que no lees las circulares, pues las tienes en el bandejero, que no os enteráis de nada, coño".

También funciona este increíble bandejero como una especie de yacimiento arqueológico. A medida que se va eliminando capas uno puede encontrar restos de otros tiempos, de otras civilizaciones: direcciones con antiguas calles de generales franquistas, representaciones pictóricas basadas en tapar los agujeros de las "os" o de las "as", importantes propuestas y presupuestos nunca presentados, trozos de anuncios de la prensa, alguna servilleta de algún bar ya cerrado por la coyuntura económica del momento o porque tenia malos humos,...

Mi bandejero es realmente  importante, y lo es  porque en él la gente encuentra el apoyo moral que necesita para afrontar los duros días que estamos viviendo. Es el punto donde creen encontrar las respuestas a sus dudas, la fuente del conocimiento de donde saldrán nombres y lugares, fechas y proyectos, es el deposito de sus miedos y el lugar donde guardar sus esperanzas,...

Pues nada, reconocer el valor y la importancia del mi bandejero, lugar de encuentro de opiniones, de proyectos, de ideas, de documentación, ... lugar donde los grandes personajes depositan su saber y su liderazgo. 



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