No tengo una sola música que me guste, me gustan (casi) todas, todas tienen su punto de encanto que me hace pararme, escucharlas y disfrutarlas. Sólo exijo que no presenten una grado de superficialidad que haga que no merezca la pena ni interpretarla ni, mucho menos perder el tiempo en escucharla.


Ultimamente se me da por oir bastante "soul" (vale, nos soy muy ocurrente viendo el panorama musical actual), pero admiro el genia de Ella Fitgerald, a Ray Charles, a Roberta Flack, a la gran Aretha Franklin, a Van Morrison, a Otis Reeding,...o a los más actuales Amy Winehouse, a los españoles Marlango y Nauwajean,...o a una chica llamada Gabriella Cilmi.




Todavía no me había estrenado este año. Ha sido un inicio de año con bastantes cosas que atender, fundamentalmente cuestiones de tipo laboral y, principalmente, un final de embarazo que me han llevado a utilizar el tiempo en otras cuestiones más que atender este desamparado blog. 

De las dos razones que indique anteriormente, sin duda alguna la segunda me ha permitido formar parte de la historia más bonita que he vivido. Fue el pasado día 22 de marzo. Fue durante ese sábado de Semana Santa a las 13:35 horas cuando vino al mundo mi hija, la hija de Susana y mía. Llegó Carlota y con ella se abrieron de par en par toda una multitud de puertas por donde salieron en tropel una bandada de sentimientos volando en todas direcciones dejando tras de si un áurea de inmensa felicidad. 

Todo fue increíble, desde el peregrinaje hasta las urgencias del hospital debido a unas cada vez mas presentes contracciones, hasta una larga y, a la vez, corta noche por los pasillos y habitaciones prácticamente desiertas de un hospital que también tenia gran parte de su personal de vacaciones, el momento del parto, viendo el tesón, el sufrir, la ilusión de mi mujer y que se acompañaba del trabajo de unas matronas y de un personal medico, el maravilloso momento de ver la cara de mi hija, su preciosa cara, mientras lloraba presentandose al mundo, la sonrisa y las lagrimas de mi mujer, de la madre,...y de todos los que fuera me estaban acompañando: padres, hermanos, amigos,....

Por esos momentos estoy, sigo estando muy agradecido.... y enormente feliz. 

Gracias Carlota mía


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