Durante estos últimos días entre los compañeros de trabajo nos hemos planteado varias veces la misma pregunta: “Oye … ¿tu vas hacer huelga el próximo día 29?”

Ante esta cuestión surgen razones y motivos de lo más variados, dependiendo de si alegan preferencias políticas, razones económicas,…y hasta el miedo a la actuación de los piquetes.

Yo si voy a trabajar el próximo 29 de septiembre, es decir yo no voy a secundar “esta huelga general”. Me refiero a esta pues estaría dispuesto, ya hace tiempo que lo estoy, a levantar la voz ante todo esto que estamos sufriendo, ante toda la pandilla de ineptos que nos gobiernan. Y no estoy pensando solo en el Gobierno, estoy también pensando en todas aquellas personas que tienen responsabilidades de índole económico, pero también, de índole intelectual, moral, … y que no han sabido estar a la altura de las circunstancias y que nos han llevado a esta situación de desgaste económico y de desgaste social, e incluso de desgaste individual. 

Siempre dije que todo esto es parte de lo que nos merecemos, quizás no todo, pero si gran parte es consecuencia de años de desorden y de una estúpida ceguera que no nos permitía ver lo que teníamos delante, ni lo que era importantes y lo que no.

Dejando al margen estas cuestiones el caso es que el próximo miércoles 29 de septiembre se celebrará una Huelga General, la primera planteada a Zapatero, por unos sindicatos que fueron sus compañeros de parrandas, de no muy lejanas parrandas. Y ante este hecho se me plantean una serie de cuestiones que hacen que no me identifique para nada con esta movilización y que resumo en la siguiente relación:


  1. Cuando se protesta es importante saber contra quien se protesta. Entiendo que debería ser contra el Gobierno como responsable “máximo” de la situación del país. Pues no, yo ya he oído y visto de todo. Los lamentables videos de la UGT se dirigen contra el PP, contra la clase empresarial,… e intentan desgastar lo mínimo posible a Zapatero y a su gobierno.
  2. ¿Por qué se protesta?. No se protestó cuando el numero de parados llegó a 4.000.000 de personas, ni cuando por todos las esquinas del país las empresas planteaban ERES a diestro y siniestro, ni cuando el triste autónomo tenia que cerrar su chiringuito (los siento yo a estos también los veo como trabajadores), ni cuando los convenios pactaban congelaciones y bajadas de sueldo,…Ahora se protesta porque a los funcionarios, los únicos que tienen un puesto asegurado de por vida, se le congela el suelo. Tiene narices el tema
  3. ¿Para que vale esta huelga? Esta huelga es una farsa, pues se celebrara después de que haya sido publicado en el BOE la ley 35/2010, ley que reforma el mercado laboral. A mi esta cuestión me huele a gato encerrado. De que vale manifestarse contra una ley aprobada en las Cortes y publicada en el BOE. Cambiara esto por celebrar una protesta general
  4. ¿A quien beneficia y a quien perjudica?. No se ha quien beneficia, aunque debido a la finalidad política de la misma creo que saldrá reforzado el Gobierno por una previsible baja participación y , en parte, a los Sindicatos por aparecer un día en las portadas de todos los periódicos justificando su razón de ser. Los perjudicados: esto esta clarísimo, todos nosotros, es decir, los trabajadores.
  5. No voy a secundar esta huelga pues, por su actitud de estos últimos años, tanto el Gobierno como los Sindicatos me parecen lo mismo. Por las decisiones de unos y las omisiones de los otros (cada uno que considere quien es quien en el reparto de papeles) hemos desembocado tener y ser lo que hoy somos a nivel laboral en este país. Por estos y por otros Gobiernos anteriores, por estos y por otros sindicatos anteriores.
  6. No apoyare a estos sindicatos mientras no se plantee de verdad su función para los tiempos en los que estamos. Están realmente fuera del contexto actual, y anclados en modelos del siglo pasado y que no los permiten defender a los trabajadores, a todos, y no solo a los que disponen de “contratos indefinidos”. Estos sindicatos solos se defienden a si mismos , a sus militantes y a sus liberados, a quienes, por cierto, pagamos todos nosotros con nuestros impuestos.
  7. No me ha gustado la desviación política de los sindicatos y su perdida de credibilidad frente un aumento del paro de manera escandalosa.
  8. En resumen, no quiero formar parte de una mentira, de este cuento.





Fotógrafo, influyente fotógrafo, cuyo trabajo tiene muy presente una cuidadosa puesta en escena, buscando eliminar de los cotidianeo cualquier atisbo de banalidad y tratando de sembrar en la conciencia de los espectadores cierta incomodidad y una acercamiento a los mecanismos psicologicos y a las emociones de sus personajes. Philip-Lorca diCorcia nos presenta fotografías donde la mezcla de lo real con la ficcion y con el deseo es un elemento que siempre está presente


(Más imágenes en el link contenido en "Fotografía)



Recuerdo como tomando unas cañas habíamos decidido montar "una peña". Todo aquello no tenia más intención, ni menos, que la de seguir juntándonos y hacer algo que nos permitiese vernos. Todos éramos amigos y vecinos del barrio. Allí apoyados en la barra del bar hablamos de hacer la quiniela todas las semanas, los más deportistas hablaban de juntarse los miércoles por la noche para jugar un partidillo, otros preferian ir con la familia y los niños a la playa o alguna fiesta y romería, otros le gustaba más el organizar cenas y comidas... Es caso es que con el tiempo la ideas y los planes resultaron ser muchos y variados. Alli mismo decidimos que todos los meses colaborásemos con un pequeña aportación económica para los gastos que pudiesen surgir, y para los vicios.

La cosa iban bien. La peña iba creciendo en gente, todos amigos, todos personas con ganas de pasarlo bien. Se planteo que alguien asumiera la responsabilidad de ser el "administrador". Estaba claro que era necesario la presencia de una persona que gestionara "los dineros", que pusiese cara al grupo cuando había que hablar con el del pabellón, o con el tipo de los autobuses, o con el otro tipo del restaurante,...

La verdad es que estábamos contentos, se iban haciendo cosas, todos los que formábamos parte del grupo lo pasábamos bien, todos colaborábamos de buena fe, cada uno hacia lo que podía. Con el tiempo "la peña" paso a ser "la asociación". Se comenzaron a organizar cursos, se daban charlas, se pusieron en marcha, dentro del local que alquilamos, guarderías para los críos del barrio y una pequeña cafetería para los mayores. El cabecilla de todo esto era el mismo de siempre. Este, un gran amigo mío, era un buen tipo, algo tozudo, pero un buen tipo. La gente lo quería y lo admiraba, admiraba como había logrado que la gente tuviese un sitio donde estar y un sitio donde hacer cosas y compartir experiencias. Este hombre con una pequeña charla con algún otro miembro del grupo montaba en un "plisplas" una curso de ganchillo o una fiesta de carnaval.

De la noche a la mañana el trabajo se le empezó a acumular, prácticamente todos los vecinos de barrio formaban parte de la "agrupación vecinal". Ya habían pasado también los años de "la asociación". Eramos muchos y era mucho lo que había que hacer. Mi amigo seguía al frente y convencido que sus ganas y sus años eran cosa más que suficiente para tirar adelante con aquella empresa. Pero la empresa fue dando muestras de su existencia, de su delicada existencia, cuando algunos vecinos comenzaron a quejarse de no ser tratados como tales, cuando a algunos se se cobraba "tanto" y a otros "tanto y tres cuartos", cuando algunos de los que le ayudábamos nos movíamos para que todo saliese razonablemente bien y otros ... y otros no aparecían mas que a comer.

Sin embargo el desorden, la falta de organización y la falta de administración fue apareciendo poco a poco y se hizo claramente patente cuando comenzaron ciertos problemas económicos, cuando era cada vez más necesario dedicar más tiempo para organizar actividades, incluso las más insignificantes, y cuando los miembros dispuestos a ello no sabían como hacerlo o cuando varios pretendían que fuese de la manera que ellos entendían como mas apropiada,... y sobre todo cuando algunos, los más jóvenes, reclamaron optar a la dirección de la agrupación con la intención de reformarla, de revitalizarla, de adecuarla a los nuevos tiempos.

Estos plantearon ante todos, la necesidad de contar con un esquema organizativo adecuado que permitiese coordinar los recursos y los esfuerzos necesarios para conseguir un objetivo final: la adaptación a nuevos tiempos y a nuevos vecinos y socios. La respuesta ante esta propuesta no se hizo esperar y se oyeron frases del tipo "el zorro sabe más por viejo que por zorro", o "cuando tu andabas con la bicicleta por la calle yo la mandaba en esta peña", ...Después de esto se justifico como razón para la lenta agonía de la agrupación la falta de participación de los vecinos, y sobre todo de los más jóvenes, se dijo que existen vecinos que no están a lo que deberían, que no piensan en el barrio ni en sus convecinos (malos vecinos), se recordó que si la agrupación siempre funcionó de la misma manera no podían entender porque no lo iba seguir haciendo y que todo, todo era culpa de los que solo sabían poner "peros" y objeciones,...y no dedicaban más horas al trabajo

Lo triste fue que la agrupación siguió bajo la tutela de los de siempre, mi amigos y los suyos, y las cosas continuaron como siempre. Se siguieron haciendo las cosas como siempre se hicieron, según a uno se le ocurrían o según las prisas que en cualquier momento surgiesen. Los vecinos dejaron de serlo para ser ciudadanos de a pie. Unos se hablaban poco y otros nada. Unos se conocían y otros no querían conocerse

La agrupación paso a ser "la asociación" y la asociación paso a ser "la peña".

Y allí sigue mi amigo, mandando una peña que ya solo da para juntarse a jugar una partida de tute los domingos por la tarde antes del partido del Plus.


Los jugadores de cartas(1892)-Paul Cézanne


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