Escribe hoy Irwin Stelzer en el Wall Street Journal, esto:

"Grecia ha salvado algunos obstáculos, pero ¿logrará España superar los suyos?"

"Antes de analizar la capacidad de Grecia para hacer frente a su deficit, recuerde esto: Grecia es un acto secundario. España es el evento principal.

La economía española, cuarta en importancia de la zona euro, es el quíntuplo la de Grecia y casi el doble de los otros países que atraviesan por dificultades económicas – Grecia, Irlanda y Portugal.

Por eso, tiene su importancia que el presidente socialista español, José Luis Rodríguez Zapatero, parezca ser admirador del Mr. Micawber de Dickens. Pregúntele qué tiene previsto hacer con el déficit fiscal del 11,4% de su país y primero promete incrementar la edad de jubilación, luego dice que no lo hará. Promete la congelación de sueldo para los funcionarios, pero su ministra de Economía, Elena Salgado, dice que realmente no es eso lo que quieren decir, aunque, de alguna manera, recortará el déficit para llevarlo al 3% en el año 2013”. "Tenemos un plan", dice la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega. Para la mayoría de los observadores, este plan parece ser el plan del Sr. Micawber y su "algo aparecererá."

Dos "algos". El primero de ellos es un retorno al crecimiento económico que suponga un aumento de los ingresos fiscales. Poco importa que después de dieciséis años de crecimiento la economía haya caído el año pasado (el PIB: -3,7%), y que según el Fondo Monetario Internacional es probable que disminuya aún más este año, o que la tasa de desempleo sea del 20% (el doble del promedio de la eurozona) y se dirigía hacia un 22%, según algunos analistas o, más importante aún, que después de una década los costes laborales aumentaran a una tasa anual alrededor del 4%, lo que supone que los productos españoles no son competitivos en los mercados de exportación.

El segundo "algo" es un rescate de la UE: Si las agencias de calificación y los mercados dudan de los bonos del español, incluso Alemania, no permitirá que la cuarta economía más grande de la zona euro incumpla sus obligaciones.



Zapatero confía en dos hechos. Primero, España no se encuentra tan endeudada como Grecia, o Italia, o Portugal, o Francia o incluso que Alemania. Su ratio de PIB se encuentra cómodamente por debajo de la esos países, resultado del las prudentes políticas fiscales de gobiernos anteriores. Pero las ventajas que posee España parecen nimias comparadas con las desventajas de un elevado déficit presupuestario, con la ausencia de un plan creíble para reducirlo, con un continuo aunque moderado declive de la actividad económica y con los defectos estructurales de su economía. Todas estas cosas contarán mucho en el sobrecargado mercado de la deuda del año que viene y los siguientes. Segundo, España nunca ha dejado que sus libros se recocieran como le ha ocurrido a Grecia. Por eso está en negociaciones con las agencias de calificación y con el mercado de bonos con una credibilidad que la serie de libros griegos no puede lograr, y posee expectativas de que no tendrá que pagar más de tres puntos porcentuales más que Alemania, como hizo Grecia la semana pasada, para colocar su deuda.

Pero las ventajas de España son insignificantes en comparación con las desventajas que supone el enorme déficit presupuestario, la ausencia de un plan creíble para logre reducirlo, la continua disminución de la actividad económica, y los defectos estructurales de su economía. Estos aspectos condicionaran mucho a la deuda española en los ya de por si saturados mercados del próximo año.

La aparente prosperidad del país se basó en los créditos baratos que alimentaron un ‘boom’ inmobiliario. Nadie puede anticipar que la industria de la construcción se recupere pronto, y menos con la cantidad de casas que quedan por vender. Tampoco hay muchas esperanzas de que se produzca un repunte en el sector turístico. Finalmente, el gobierno tiene poco dinero disponible para facilitar algo de capital a sus industrias del siglo XXI. El principal actor de la recuperacion a largo plazo es es sector privado. Empresarios de España han demostrado que pueden hacer negocios a nivel mundial, lo demuestra el hecho de que España es el principal inversor extranjero en América Latina. De hecho, las empresas españolas han tenido tanto éxito que hay rumores de una segunda generación de conquistadores de América del Sur.

Otra ventaja es que el sistema bancario español "ha estado relativamente al margen de la crisis financiera mundial", según el resumen de la CIA de la economía española. La palabra clave es "relativamente". Las autonomías, , las cajas de ahorros que representan aproximadamente la mitad de todos los préstamos en España, ya está excesivamente afectado por el sector inmobiliario, pero se están resistiendo a las llamadas de Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, para fusionarse con instituciones mejor capitalizadas. A pesar de todo, el sistema bancario es relativamente fuerte. Piense en Santander.

Frente a estos puntos fuertes deben valorarse dos aspectos negativos. El gobierno se ha resistido a reformar un rígido mercado laboral en el que la mayoría de los trabajadores tienen contratos que los protegen del ajuste de fuerzas de trabajo, combinado con un sistema de beneficios que seriamente reduce incentivos para ponerse a trabajar cuando se disfruta del paro.

En segundo lugar, Las agencias de clasificación no creen en las previsiones de crecimiento económico del gobierno, y los mercados desean promesas más firmes y específicas de frugalidad, especialmente desde que el 75% de todas sus ganancias está controlada por los gobiernos autonómicos y el sistema de seguridad social. Pero algo surgirá."


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