Hace aproximadamente 15 años cuando recorrí todo el perímetro de la muralla de Lugo. Desde entonces he estado unas cinco o seis veces en esta ciudad y en cada una de esas visitas he subido a las murallas y he caminado al menos un ratos por ella. Mi ultima visita tuvo lugar este pasado martes. Había ido a Lugo por temas personales, pero después de comer, me anime a caminar un poco por la muralla. Ascendió por lo zona donde se encuentra la torre llamada de A Mosqueira.




La muralla romana de Lugo, la cual esta considerada como Patrimonio de la Humanidad desde su inscripción en el año 2000, es el ejemplo mejor conservado de una antigua fortificación romana en Europa.

El origen de la actual ciudad de Lugo se remonta a un poblado celta. Durante la época del emperador Augusto, hacia el año 14 antes de Cristo, los romanos se apoderaron de él y fundaron Lucus Augusti. No tardó en convertirse en un importante punto de apoyo militar, de lo cual da la fe la muralla de la ciudad, cuya construcción, sin embargo, es mucho más tardía, pues se empezó en el siglo III. Durante los siglos siguientes, la muralla contuvo los ataques de las hordas enemigas; tal fue el caso de los árabes, en el año 714. A partir del siglo X, la ciudad ha vivido un período de paz continuada, razón por la cual el recinto defensivo se ha podido conservar hasta hoy. La muralla tiene una superficie de 34,4 hectáreas, con un perímetro de 2.117 metros, una altura de entre 8 y 12 metros, y un grosor de entre 4,2 y 7 metros. En su origen contaba con 85 u 86 cubos, coronados por sus respectivas torres, de los que aún se conservan 71; el acceso al recinto se realizaba a través de 5 puertas principales, y posteriormente se abrieron otras 5. La puerta Miñá y, tal vez, la Falsa son de la más antiguas. La puerta de Santiago, remodelada por completo en el siglo XVIII, conduce directamente a la catedral.



Una de las principales características de la muralla es que se encuentra completa en todo su perímetro y que su paseo de ronda (adarve) es íntegramente de uso público. La muralla se integraba en un completo defensivo formado por foso, muralla e intervallum. Además, es la única en los tres continentes por los que se extendió el Imperio Romano que conserva íntegro su perímetro.

 La planta de la Muralla es cuadrangular, con los ángulos suavizados, y ocupa una zona de terreno topográficamente irregular, más alta al noroeste y en descenso hacia el sudeste. Siguen siendo un enigma los motivos de ese trazado que dejó fuera importantes zonas residenciales de la antigua ciudad romana y en cambio protegió terrenos descampados. 

 Los romanos construyeron la Muralla con lajas de pizarra y bloques de granito, materiales muy abundantes en las cercanías de Lugo. Pero el núcleo de la obra es un mortero fabricado con tierra, piedra suelta y guijarros, cementado con agua. Los constructores de la Muralla encontraron en la pizarra un elemento similar a sus ladrillos de cerámica y utilizaron el granito sobre todo para reforzar las torres que flanqueaban las puertas.

 La Muralla Romana de Lugo es un monumento, un conjunto y un lugar de interés arqueológico que con su presencia ha modificado y condicionado el discurrir urbano de la ciudad. El Centro de Interpretación de la Muralla trata de explicar la historia y la influencia del monumento romano en la ciudad de Lugo al largo de la historia. Está ubicado en un edificio del siglo XVIII, en pleno casco histórico.






Cada vez que paseo por la muralla me suelo transportar en el tiempo a los orígenes de la ciudad de Lugo. Me imagino como pudo ser el aquel poblado en aquel alto circundada por el río Miño, como pudo ser el posterior asentamiento romano protegido por tan impresionante muralla y como esa misma muralla delimita claramente mis gustos: Me parece especialmente atractiva y dinámica la zona histórica, la zona urbana que contiene dicha muralla y lo poco que me llama la que está fuera.

Otras de las cosas que me gustan aparte de pasear por la muralla, aparte de fomentar la imaginación y los viajes a tiempos pasados, es porque la muralla es un perfecto mirador de la ciudad. Desde lo alto se puede admirar desde la Catedral de Santa María, ejemplo de convivencia de los estilos románico, barroco y neoclásico, hasta restos arqueológicos, o patios de diversos colegios, o huertas, jardines, casas que abren y cierran sus puertas directamente a las gentes que por allí paseábamos, etc.

Después de media hora, aproximadamente, baje de la muralla. Había accedido a ella por las escaleras que se encuentran cerca de la Plaza de Campo Castelo y baje por las escaleras que están junta a la Puerta de la Rua Nova. Camine en busca del coche que lo había dejado en el parking de la Plaza de Ferrol. Me fui de allí, sabiendo que la próxima vez que vuelva, volveré a recorrer la muralla.







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