Según avanzamos por nuestro camino, y aunque a veces lo dudemos siempre es asi, nos vamos cargando de lastres que nos condicionan y nos marcan las pautas para ver, para entender y para actuar en el siguiente paso que demos. Esos lastres, que son los que son, y que cada uno valora de una manera muy distinta son parte del camino que recorremos. Sin embargo, alguno de ellos, alguna de esas cuerdas que nos tienen atados, se rompen, ya sea por voluntad propia o por la voluntad de otros o por ser tan frágiles como nuestra propia vida, haciendo, siempre ocurre así, que perdamos el equilibrio y que basculemos hacia un lado u otro. Siempre sentimos esa falta, la sentimos el tiempo que cada uno quiere sentirlo o deba sentirlo.

Suelto este rollo pues tengo la seguridad de que nosotros somos el resultado de lo que ocurre a nuestro alrededor, más bien, de lo que dejamos que ocurra a nuestro alrededor, somos modelados por ese entorno, por el nuestro, por todo lo que nos cubre y cuando en un determinado momento, cuando todos esos lastres o amarres que nos fijan, que fijan lo que somos, cuando el molde que nos define se agrieta o se rompe, nuestras tripas se revuelven protestando por ese hecho. Esas roturas, esos cambios en el ritmo que llevamos en nuestro caminar no tiene porque ser malo, de hecho los cambios nunca son malos, son incomodos, pero nunca son malos. Es lo que sinceramente pienso. Los cambios nos permiten crecer, nos permiten aprender, nos permiten mejorar, nos permiten vivir. Que lo hagamos es otro cantar.


En estos tiempos, me estoy encontrando con ciertas sorpresas, sorpresas buenas y no tan buenas. Unos y otros están ahí, todos los días unos se las encuentra de frente. Me llama la atencion no que ocurran, no, lo que me hace abrir aún más los ojos es descubrir que detras de la pose que muchos vendían se esconden realidades que en muchos de los casos yo no me esperaba. Estoy viendo la falta de ideas y las malas ideas, la falta de preparacion, veo el poco respecto hacia uno mismo y hacia los demás, veo una evidente falta de ética, veo bastantes cosas que no me gustan las veo en gente que sinceramente no me esperaba. Pero no todo es así, también hay personas con ganas de hacer algo y de hacerlo bien, también noto optimismo y la ilusion por llegar a una meta de manera deportiva, etc. Aunque, para ser sincero, por los "bares donde yo bebo" estas son mas difíciles de encontrar.

Me tengo preguntado si la vida que llevamos nos va cargando de lastres que no nos permiten avanzar o si las cuerdas que paracen atarnos son las que nos amarran a puertos en los que reponer los viveres, las mercancias que necesiteremos para seguir navegando, y que guardamos en fondo de nuestras bodegas. Al final vamos a estar siempre buscando soltar amarras para llegar a otro puerto donde atracar, aunque en cada uno de esos puertos siempre queda alguien a quien queremos que nos mira en silencio.

Deberíamos tener cuidado de no dejar en puerto a alguien importante, a alguien que sepa por donde debe navegar el barco


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