Hoy debía ser el día. Cuanto me dirigía al trabajo en mi coche, igual que estos últimos 13 años, notaba un cierto cosquilleo en la barriga que me presagiaba que durante el día de hoy las cosas iban a pegar un pequeño giro.

Recuerdo el primer día de trabajo, ya hace unos años. Recuerdo que sentí algo muy parecido a lo que hoy siento. Era un ramillete de nervios y de ilusiones, me parecía que aquello iba a suponer un paso adelante en mi vida. Recuerdo la primera reunión con el gerente y sus buenas palabras, recuerdo el despacho donde estuvimos y que sigue estando allí sin apenas haber cambiado un ápice, recuerdo las caras de mis primeros compañeros, gente que aún están trabajando y otros muchos que se fueron antes que yo, recuerdo incluso el calor de aquellos días de verano.

Después de aquel momento los años pasaron y la empresa creció, no siempre bien, pero creció. Fueron muchos los instantes y los retos en que nos metimos, hubo ratos buenos y ratos malos, se hicieron cosas como para sentirse orgulloso y otras que no lo fueron tanto. Crecí como persona y como profesional. Desde siempre considere mi trabajo como "mi trabajo", me gusto luchar por él y hacerlo bien, cada vez mejor. Esto era una cuestión meramente personal, no tenia absolutamente nada que ver con aspectos económicos o con reconocimientos personales o con mejoras profesionales. Esto se debe a que únicamente entiendo el desarrollo de un trabajo de una única manera, y esa pasa por hacerlo bien. Esto sin duda me lo apunto en mi debe.

La razón por la que hoy ya no formo parte de la empresa se debe única y exclusivamente al hecho de que ninguno de las dos partes, tanto la empresa como yo, queremos mantener mas una relación en la que no creemos. Y como en la vida hay momentos que se deben tomar decisiones pues eso he hecho yo. Yo y no la empresa, que no ha sido capaz. Cuando llegas a un momento donde no existe confianza ni ganas lo mejor es marcharse. 

Yo me marcho con honestidad exponiendo cuales son mis razones y cuales son sus miedos, miedos que yo y ellos conocen, pero que solo yo soy capaz de poner encima de la mesa. Razones que estoy seguro comparten y que tiene más que ver con sus debilidades que con las certezas que puedan tener. Me voy, de todas formas, agradecido a mucha gente a muchos compañeros con los que he compartido multitud de horas y de instantes.

Ya tendré ocasión de saludarlos y darle la mano , pero desde aquí me gustaría agradecerle todos estos años. 

Gracias a Juan Angel, a Oscar, a Pilar, a Ana, a Marcos, a los Javieres, a Alejandro, a José Pérez, a Lisardo, a Esperanza, a los muchos Angeles y a los muchos Migueles, gracias a Marin, a Dopico, a Rubén, a los de Vigo,.... gracias a todos los que han pasado por el servicio técnico y los que estuvieron en el Taller, gracias a los comerciales, gracias a los de administración, ... gracias a todos

Hasta siempre 



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